Semana Santa, una calabaza y tarán...la magia regreso :)

Remontarme a esas mañanas de primavera temprana con ese típico olor a tierra y hierba mojada entrando por los grandes ventanales recién abiertos de la vieja casona, y los gritos de mis primos que como ningún día de escuela se levantaban al amanecer, son simplemente algunos de los mas entrañables recuerdos que conservo de mi niñez en Semana Santa por Satevó.

Ahora mientras escribo, repaso en mi mente las mejores instantáneas de mi abue, mi madre y mis tías preparando el desayuno mientras el agua para café hacia chillar la tetera,  las tortillas de harina se iban apilando como una Torre de Pizza sobre la mesa esperando ser devoradas y lo mejor, esas charlas que motivaban nuestra imaginación y generaban tales ocurrencias que todos soltábamos sonoras carcajadas. En esa cocina era dónde sucedía gran parte de la magia, los más pequeños entrabamos y salíamos en busca de nuestras madres, mientras ellas orquestadas por Doña Carmen (mi abuelita) no dejaban de cocinar para alimentar ese pequeño regimiento, así entre interminables platicas  todo tipo de platillos de temporada se preparaban: chacales, capirotada, chile pasado, caldillo de papa  y  lo mejor, dos o tres días antes de los santos eran seleccionados para hornear pan ranchero y empanadas de calabaza, ni siquiera puedo definir con precisión cuantas horas pasaban esas mujeronas en tan afanosa labor pero el resultado era inspirador y por supuesto delicioso. Tristemente ese tiempo quedó en el pasado, mi abue Carmen murió, nosotros crecimos y regresar ya nunca tuvo el mismo sentido.

 Este año mi madre decidió que en Semana Santa tendríamos de nuevo pan ranchero y empanadas de calabaza en nuestra mesa,  mas ahora nos tocaría ser las mujeres a cargo de la cocina comandada por ella, justo ese es el infinito circulo de la vida :). Fue genial ya que provechamos una hermosa calabaza que nos regalaron a finales del año pasado y taran la magia resurgió, además ahora tenemos una nueva generación de chiquillos listos para "vaciar " las cajas de pan.

 Al final decidí poner a secar algunas semillas de calabaza para después sembrarlas, esperando que con la bendición de Dios y mi trabajo podamos tener una linda calabaza para utilizar el próximo año , sí sea :). Para mi abuelita  Carmen hasta el cielo.

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