Sembrar y cosechar. Trabajar por nuestro derecho básico de alimentarnos sanamente

Un derecho básico de cualquier persona en el mundo es el de alimentarse, no sólo eso sino es tener la oportunidad de hacerlo de manera saludable. Tristemente en el caso muy concreto de México muchos mexicanos tienen hambre, además que entre los bajos salarios, la poca educación en el tema, la masiva producción de alimentos llenos de químicos, la falta de tiempo y otras muchas contrariedades, una  mayoría sin importar el estrato social nos alimentarnos con comida de muy bajo valor nutricional. Soluciones  para lo anterior  quizá pueden haber muchas, posibilidades y ganas de llevarlas a cabo me parece que mas bien pocas, aunque creo que cada vez somos mas las personas y asociaciones dispuestas a emprender acciones.

Libélula verde nace entre otras cosas con el fin de llevar a cabo proyectos sustentables en temas ecológicos y sociales siendo el de la alimentación uno de los básicos. Considero que sembrar y enseñar a sembrar de manera orgánica es en si el primer paso de esta cadena de acciones que podemos emprender de manera autónoma para poner  en nuestras mesas  alimentos básicos libres dentro de lo posible del contacto químico e industrial, y reduciendo la generación de basura en nuestros hogares.


Entiendo no porque me lo dijera alguien mas, sino porque yo misma lo estoy llevando a cabo que lo anterior no es una tarea sencilla pero creo que para muchos valdrá la pena como lo esta siendo para mí hacer el esfuerzo, desde nuestras distintas realidades merece la pena cuestionarse hasta donde puede ser posible en lo personal o en lo familiar sembrar y conservar de manera natural aquello que cosechamos, así como el comenzar producir nuestros propios alimentos libres de conservadores ya sea por salud, por autonomía, por economía, o por mejorar el lugar donde vivimos. Al final la moneda esta en el aire y otros países han demostrado cada uno desde sus complejidades que existen formas de producir el propio alimento haciendo redes de producción entre vecinos, familia, comunidades,  al final el sumar esfuerzos se convierte en un motor que impulsa este tipo de proyectos y los enriquece.
















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